
En 1725 se embarcó en un proyecto de fundar una
escuela en las islas Bermudas para los misioneros de las
colonias, dejando el deanato que le reportaba unos ingresos de 1100£ por un
salario de 100£. Desembarcó cerca de Newport (Rhode Island),
donde compró una plantación. El 4 de octubre de 1730, Berkeley compró «un negro llamado Philip
de aproximadamente catorce años». El 11 de junio de 1731, «el deán Berkeley bautizó a tres de sus
negros como Philip, Anthony y Agnes Berkeley»
Los sermones de Berkeley explicaban a los colonizadores
que el cristianismo apoyaba la esclavitud, y en consecuencia los esclavos debían ser
bautizados: «sería una ventaja para sus negocios (de los patrones) tener
esclavos que deban "obedecer en todo a sus patrones desde las entrañas, no
sólo cuando les observan, sino de todo corazón, temerosos de Dios"; que la
libertad del evangelio concuerda con la servidumbre temporal, y que todos sus
esclavos sólo serán mejores esclavos siendo cristianos».
Vivió en la plantación mientras aguardaba a que
llegaran los fondos para su escuela. Sin embargo, estos fondos no parecían ir a
llegar pronto, así que en 1732 volvió a Londres. En 1734
fue designado obispo de Cloyne. Poco después
publicó Alciphron, o el filósofo insignificante, contra Shaftesbury,
y en 1734-1737 The Querist. Sus últimas publicaciones fueron Siris,
un tratado sobre las virtudes medicinales de la infusión de resina de pino, y Further
thoughts on tar-water (más pensamientos acerca de la infusión de resina de
pino).
Permaneció
en Cloyne hasta 1752, fecha en la que se retiró y se fue vivir con su hijo a
Oxford.
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